En un mundo en constante cambio, complejo, poco claro y amenazado, la misión de la ciencia no consiste solamente en ayudar a analizar los problemas, sino también, y sobre todo, en inventar soluciones, inspirar el cambio e imaginar vías de desarrollo sostenibles. Sin soluciones apropiadas, sin resortes tecnológicos adecuados, sin innovaciones sencillas (baja tecnología) o sociales enraizadas en el contexto actual, es imposible alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Por naturaleza, el IRD es un organismo científico cercano al terreno y receptivo con los desafíos de desarrollo sostenible y las necesidades de las comunidades de investigación en el Sur. Pero pese a que, a veces, sus investigaciones son participativas, no corresponden lo suficiente a las dinámicas de creación e inteligencia colectivas. Para contribuir realmente a la creación de soluciones, la ciencia debe abrirse más a la sociedad e involucrar aún más a socios a lo largo de la cadena de investigación e innovación, para plantear conjuntamente las problemáticas de investigación y los procesos de investigación e innovación. Esta apertura permite estar en línea con las necesidades prioritarias y responder a los desafíos con mayor rapidez y relevancia.
Como se define en el COP, hoy, es esencial fortalecer la utilidad social de la investigación y, para conseguirlo, acompañar este proceso de apertura de la ciencia a la sociedad, tanto en el Norte como en el Sur y apoyar a las comunidades de investigación de investigación en los países del Sur, estimulando su creatividad, apoyando la construcción de un sistema de educación superior y de investigación en sintonía con los desafíos y necesidades de la sociedad y fortaleciendo los vínculos entre enseñanza, investigación e innovación.