Preservar la memoria del hielo

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La primera misión del proyecto de preservación del patrimonio glaciar mundial se llevó a cabo en Francia el 15 de agosto de 2016 en el macizo del Mont Blanc: investigadores del CNRS, el IRD y la Universidad Grenoble Alpes tomaron muestras de hielo en el Col du Dôme con el fin de almacenar parte de ellas en la Antártida.

Un equipo internacional de una decena de glaciólogos e ingenieros —franceses, italianos, rusos y norteamericanos— coordinado por Patrick Ginot, ingeniero de investigación del IRD en el Laboratorio de glaciología y geofísica del medioambiente (LGGE) de la Universidad Grenoble Alpes y del CNRS, y Jérôme Chappellaz, director de investigación del CNRS en este mismo laboratorio , llegó hasta el Col du Dôme (a 4300 metros de altura en el macizo del Mont Blanc) para extraer los primeros « testigos de hielo patrimonial ». El objetivo es armar la primera biblioteca mundial de archivos de hielo provenientes de glaciares amenazados por el calentamiento global.

Se extrajeron tres testigos de hielo, de 130 metros cada uno, que fueron llevados hasta el valle en helicóptero. A continuación fueron transportados al LGGE en Grenoble, respetando una estricta cadena de frío. Uno de ellos será analizado en el 2019 para constituir una base de datos disponible para toda la comunidad científica mundial. Los otros dos serán transportados en barco y luego en vehículos oruga hasta las mesetas de la Antártida, en el 2020, para ser almacenados en la base Concordia, gestionada por el Instituto Polar Francés Paul-Émile Victor (IPEV) y su contraparte italiana, el Programa Nacional de Investigación Antártica (PNRA). A largo plazo, decenas de testigos de hielo patrimonial serán almacenados en una cueva excavada bajo la nieve a -54 °C, el congelador más seguro —y natural— del mundo.

El glaciar del Col du Dôme es la primera etapa de este importante proyecto iniciado en 2015 por el LGGE, la Universidad Ca’Foscari de Venecia (Italia) y el Consejo Nacional de Investigación italiano (CNR), con el auspicio de la Fundación Universidad Grenoble Alpes. La segunda misión, más larga y compleja, se llevará a cabo en 2017 en los Andes bolivianos (glaciar Illimani). Otros países ya son candidatos para inscribirse en este proyecto y salvar la memoria de los glaciares que se encuentran en su territorio: Alemania, Austria, Suiza, Brasil, Estados Unidos, Rusia, China, Nepal y Canadá.

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¿Por qué constituir este archivo ahora?

La idea de este proyecto surgió cuando los científicos observaron el aumento de las temperaturas de varios glaciares. En efecto, en un intervalo de 10 años, la temperatura en las inmediaciones de los glaciares del Col du Dôme y del Illimani en los Andes se había elevado de 1,5 a 2 °C. A este ritmo, las proyecciones estiman que la superficie de estos glaciares pasará por episodios sistemáticos de deshielo durante el verano, en pocos años o décadas. Con este derretimiento, acompañado de la percolación de las aguas de deshielo a través de las capas de nieve subyacentes, páginas únicas de la historia de nuestro medioambiente se perderán para siempre. « Somos la única comunidad científica dedicada al estudio del clima que ve desaparecer una parte de sus archivos. Era urgente preservar este patrimonio para el futuro, de la misma forma que el patrimonio mundial de semillas conservado en la isla de Spitzbergen », explica Jérôme Chappellaz, precursor francés del proyecto. Contribución indispensable a las ciencias ambientales y climatológicas, crucial para anticipar mejor nuestro futuro, la glaciología pronto carecerá de materias primas de calidad provenientes de las regiones de alta montaña a causa del calentamiento global.

« Nuestra generación de científicos, que ha sido testigo del cambio climático, tiene una responsabilidad especial hacia las generaciones futuras. Por este motivo, vamos a dejar como legado estas muestras de hielo, provenientes de los glaciares más amenazados del mundo, a la comunidad científica de las décadas y siglos venideros, cuando estos glaciares habrán desaparecido o perdido la calidad de su registro », concluye Carlo Barbante, precursor italiano del proyecto y director del Instituto de las dinámicas de los procesos medioambientales, CNR, Universidad Ca’Foscari de Venecia

Una movilización científica y un mecenazgo de envergadura

El IPEV, el PNRA, y la Comunidad Universidad Grenoble Alpes se han asociado con los organismos científicos precursores del proyecto, la Universidad Grenoble Alpes, el CNRS, el IRD, el CNR (Italia), la Universidad Ca’Foscari y la Fundación Universidad Grenoble Alpes.

El proyecto también contribuye al Programa Hidrológico Internacional de la UNESCO, en el marco del Programa IHPVIII (2014-2021) relativo a las actividades de la nieve, los glaciares, el agua y los recursos hídricos.

La misión cuenta con las competencias y las herramientas de los organismos promotores del proyecto, así como con el apoyo económico de mecenas privados. La Fundación Universidad Grenoble Alpes quiere dar las gracias a los mecenas de esta primera misión, sin los cuales el proyecto no hubiera podido realizarse: la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco, dedicada a la protección del medioambiente y al desarrollo sustentable, la sociedad Findus France, fabricante de alimentos congelados, Claude Lorius, glaciólogo francés pionero de las perforaciones de glaciares, la fundación de la sociedad Petzl, especialista en equipamientos de montaña, GMM, fabricante de remontes mecánicos y la agencia de prensa Pressario.

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