Un sistema « inmunitario » en los virus gigantes

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Investigadores de la Unidad de investigación sobre enfermedades infecciosas tropicales emergentes (Universidad de Aix-Marseille / CNRS / IRD / INSERM) —implantada en el IHU Méditerranée Infection—, con el apoyo de la AP-HM, han demostrado la existencia de un sistema de defensa en los virus gigantes que les permite evitar infecciones por virófagos. Los virófagos son virus capaces de parasitar a otros virus. Es la primera vez que se demuestra que un virus puede tener un sistema « inmunitario » de defensa contra otro virus. Sus trabajos acaban de ser publicados en el diario Nature.

En el 2004, el equipo del profesor Didier Raoult fue el primero en probar la existencia de virus gigantes (Raoult et al. 2004). Mimivirus fue el primer virus gigante en ser descubierto. Algunos años después, el mismo equipo caracterizó otro tipo de virus, los virófagos, capaces de infectar a otros virus (La Scola et al. 2008). Desde su descubrimiento, los virus gigantes han revelado varias características únicas que contradicen la definición clásica de un virus, como por ejemplo su gran tamaño, la talla y la complejidad de su genoma, su infección posible por virófagos y la presencia de transpovirones (Desnues et al. 2012).

En este estudio, publicado en el diario Nature, los investigadores observaron que uno de los grupos de Mimivirus (conocido como linaje A) ha desarrollado una resistencia a la infección por el virófago llamado Zamilon, mientras que los Mimivirus de los linajes B y C siguen siendo propensos a la infección por este virófago. Intentando descifrar este mecanismo de resistencia al virófago, tan particular y único en el mundo viral, los investigadores observaron la presencia de una secuencia repetida de ADN de Zamilon que sirve para enganchar el virófago únicamente en el linaje A. Este complejo fue bautizado MIMIVIRE (MIMIvirus Virophage Resistance Element) y presenta similitudes funcionales con el sistema de defensa CRISPR-Cas, que hasta ahora sólo se había visto en las bacterias y las arqueas y que comporta dos enzimas: una encargada de desenrollar el ADN y otra de cortarlo.

Al inactivar el complejo MIMIVIRE, se logró restaurar la susceptibilidad de Mimivirus a la infección por el virófago. Las proteínas asociadas presentes en el complejo MIMIVIRE están implicadas en la degradación específica del ADN foráneo. Así, el sistema de defensa viral MIMIVIRE confiere inmunidad a los virus gigantes que han podido integrar en su genoma el ADN del virófago contaminante.

Esta es la primera prueba de que un virus puede tener un sistema « inmunitario » de defensa contra otro virus y refuerza la idea del cuarto mundo de los microbios.

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