El desafío de la cobertura sanitaria universal

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Cobertura sanitaria universal, ese es el tema del Día Mundial de la Salud, el 7 de abril. ¿El personal sanitario conoce y aplica las directivas políticas para hacerla realidad, especialmente en el caso de los más pobres? Elementos de respuesta en Burkina Faso.

Entre la definición de una política de salud pública y su aplicación suele haber un margen importante. Los trabajos de Valéry Ridde ilustran este hecho a través del estudio 1 de una política de exención de pago de gastos médicos en Burkina Faso. «La implantación de la cobertura sanitaria universal es una de las metas del objetivo de desarrollo sostenible dedicado a la salud», recuerda el investigador. Este reto mundial se acompaña de una política que debe garantizar el acceso a la salud a todo el mundo, especialmente a los más pobres, a los que en Burkina Faso se conoce como indigentes.

El investigador se ha centrado en la siguiente pregunta: ¿el personal sanitario de primera línea (como enfermeros, médicos o matronas) que trata con este sector de la población conoce las directrices en la materia y las aplica? «A menudo, son ellos quienes deben identificar a los beneficiarios de los tratamientos gratuitos y encargarse de que los disfruten», precisa Valéry Ridde, quien trabaja desde hace 15 años en estos temas en África Occidental.

Un conocimiento muy escaso

«Para el estudio, hemos seleccionado dos tipos de exenciones de pago: las referidas al parto y a la atención primaria», explica el investigador. Entre octubre de 2013 y marzo de 2014, los investigadores entrevistaron a 1521 profesionales sanitarios repartidos en 498 centros de salud, 18 hospitales de distrito, cinco hospitales regionales y 11 clínicas, en 24 distritos de Burkina Faso.

Los resultados demostraron que la gran mayoría de estos profesionales no conocía o no aplicaba las medidas de exención de pago: ¡solo el 9,2 % las conocía y solo el 5 % de ellos las aplicaba! «No obstante, estos porcentajes resultaron superiores en el caso de la gratuidad del parto: el 27 % del personal estaba al corriente de la existencia de estas exenciones y el 24,2 % de ese grupo las aplicaba», subraya Ridde.

¿Cómo se explican estas cifras tan bajas y las diferencias entre un tipo y otro? Las respuestas tienen que ver con distintos aspectos. En primer lugar, el investigador apunta a la falta de información debida, entre otros factores, a la enorme rotación de personal en los centros de salud: «Las instrucciones sobre estas directivas no llegan correctamente a los profesionales». En segundo lugar, «la noción de equidad, que condiciona el concepto de cobertura universal, no se enseña en el marco de la formación sanitaria», lamenta Valéry Ridde.

La necesidad de apoyo por parte del personal sanitario

Hay dos aspectos que refuerzan la falta de aplicación de estas exenciones. Es esencial que el personal sanitario apoye estas directrices para garantizar su adopción. «Dado que son quienes en realidad deciden sobre las políticas de salud, hay que convencerlos del interés de estas directrices», insiste el investigador. De nuevo, una necesidad que supone reforzar la concienciación y, sobre todo, la supervisión y la voluntad política.

En segundo lugar, tenemos la cuestión fundamental de la financiación. En el caso de las medidas de gratuidad vinculadas al parto, el reembolso de los gastos que no abonan las mujeres se realiza a través del Estado, lo que significa que está garantizado, incluso aunque llegue con retraso. En el ámbito de la asistencia primaria, las tarifas que el paciente abona al centro de salud se destinan esencialmente a pagar los gastos menores de funcionamiento del centro y al personal de apoyo no contratado, aunque también a costear parte de la prima que recibe el personal sanitario. En el caso de los indigentes, no perciben nada del Estado para compensar la exención de pago. Este hecho no anima a los profesionales a ofrecer los tratamientos gratuitos a quienes más los necesitan.

«Este estudio es el más importante realizado hasta la fecha sobre los niveles de conocimiento y aplicación de las medidas de exención en África —destaca Valéry Ridde—. Estos indicadores deberían permitirnos orientar mejor las políticas de salud e identificar los factores que hay que tener en cuenta para conseguir una aplicación real». El Estado acaba de decidir que los más pobres no tendrán que pagar el seguro universal de enfermedad  2.

Notas

1 V. Ridde, G. Leppert, H. Hien, P. J. Robyn y M. De Allegri, Street-level workers’ inadequate knowledge and application of exemption policies in Burkina Faso jeopardize the achievement of universal health coverage: evidence from a cross-sectional survey [La falta de conocimiento y aplicación de las políticas de exención por parte de los trabajadores a pie de calle en Burkina Faso pone en peligro el logro de la cobertura sanitaria universal: evidencias de un estudio transversal], International Journal for Equity in Health, 8 de enero de 2018.

2 La cobertura sanitaria universal se denomina «seguro universal de enfermedad» en la legislación de Burkina Faso.

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