Un reciente estudio científico alerta de la multiplicación de grandes presas hidroeléctricas en los afluentes andinos del Amazonas. Estas estructuras fragmentan los cursos de agua y amenazan la biodiversidad y el régimen hidrológico de toda la cuenca.
Conciliar la conservación de la biodiversidad con el desarrollo de las energías renovables podría convertirse en un auténtico reto. Un equipo de investigación acaba de arrojar luz sobre este tema mediante un estudio sobre el impacto medioambiental de las presas hidroeléctricas construidas en los afluentes andinos del Amazonas. «Estas estructuras amenazan uno de los hábitats más prolíficos y ricos en biodiversidad del mundo —explica Pablo Tedesco, macroecólogo del IRD y co-autor de la publicación sobre este tema que acaba de aparecer en Science Advances 1—. Este trabajo aboga por que, al menos, se cuente con la participación de científicos especializados en hidrología y en ecosistemas acuáticos para seleccionar los lugares en los que se instalan estas infraestructuras».
Hasta ahora, se han construido 142 presas en los cursos de agua que nacen en los Andes y desaguan en el gigante de los ríos. Otras 160 están en proyecto y podrían estar en funcionamiento durante los próximos años. «Son estructuras enormes, la mayoría destinadas a la producción de energía eléctrica, y su multiplicación obstaculiza la conectividad de los sistemas hidrológicos», explica el investigador.
La conectividad fluvial es la unión natural de los ríos. Está vinculada a la circulación del agua y controla numerosos sistemas naturales y humanos. El flujo de sedimentos y material orgánico origina y condiciona el desarrollo de los diversos medios aguas abajo. En la cuenca amazónica, el transporte de material desde los ríos andinos es muy importante y los nutrientes que aporta alimentan al menos una parte de su extraordinaria variedad de peces de agua dulce.
La conectividad fluvial también es indispensable para la supervivencia de las especies acuáticas de las llanuras que migran a los ríos andinos para reproducirse y que constituyen el aporte proteico fundamental en la dieta de más de 30 millones de personas en la cuenca amazónica.
Por último, las avenidas de agua también definen la formación de ríos aguas abajo y el curso lateral del gran río, ya que controlan sus curvas y los depósitos de sedimentos. La desaparición o mitigación de los fenómenos de crecidas estacionales modifican la dinámica de los brazos y los lagos intermitentes, que también son fundamentales para la existencia de especies adaptadas a esos medios.
Para entender el impacto de la fragmentación de los cursos de agua provocada por estas estructuras hidroeléctricas, los científicos han recopilado datos internacionales sobre las presas construidas o previstas en la región. Han trabajado en colaboración con los Gobiernos de Brasil, Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia y con las organizaciones de conservación. De este modo, han reunido una cantidad considerable de datos sobre las presas —usos, potencia, volumen de agua embalsada— que constituyen un valioso punto de partida para evaluar en un futuro los efectos reales de estas infraestructuras.
«Las presas existentes han fragmentado las redes tributarias de seis de los ochos sistemas fluviales más importantes de la región amazónica-andina —explica el científico—. Las presas que se construyan en un futuro podrían suponer pérdidas importantes de conectividad fluvial en los cursos de cinco de los sistemas principales: Napo, Marañón, Ucayali, Beni y Mamoré». Ya empiezan a desarrollarse sistemas para reducir el impacto ambiental durante la construcción de estas estructuras fluviales en todo el mundo, pero su eficacia aún no se ha demostrado claramente.
1 Anderson, E. P.; Jenkins, C. N.; Heilpern, S.; Maldonado-Ocampo, J.; Carvajal-Vallejos, F. M.; Encalada, A. C.; Rivadeneira, J. F.; Hidalgo, M.; Cañas, C. M.; Ortega, H.; Salcedo, N.; Maldonado, M. y Tedesco, P. A. Fragmentation of Andes-to-Amazon connectivity by hydropower dams [Fragmentación de la conectividad Andes-Amazonas debido a las presas hidroeléctricas]. Science Advances, 31 de enero de 2018.