Erupción del volcán Agung: Los trabajos del IRD apoyan la toma de decisiones de las autoridades indonesias respecto al perímetro de evacuación

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El Centro Indonesio de Vulcanología y Desastres Geológicos (PVMBG) publicó el 4 de enero de 2018 un informe público sobre la situación del volcán Agung en Bali, en erupción desde finales de noviembre de 2017. El nivel de alerta del volcán se mantiene en IV (máximo), pero el perímetro de evacuación se ha reducido a 6 km, frente a los 8 a 10 km anteriores. Además de permitir que una parte de la población evacuada regrese a su hogar, esta decisión transmite un fuerte mensaje tranquilizador acerca de la situación a la vez que mantiene la vigilancia y la prohibición del acceso a las zonas de mayor peligro.

Las conclusiones de este informe público responden en gran medida a los resultados de los modelos de deformación desarrollados por François Beauducel, investigador del Instituto de Física del Globo de París (IPGP), actualmente adscrito al IRD en Yogyakarta. A petición del PVMBG, François Beauducel implementó un sistema WebObs (herramienta desarrollada y utilizada en los observatorios del IPGP desde hace quince años) en tiempo récord a pesar de las dificultades técnicas (nuevo formato de datos, red limitada debido al fallo de ciertas estaciones, etc.), logrando adaptar sus tratamientos y modelos a un flujo de datos en tiempo real, lo que, vale la pena destacar, es muy poco usual para un volcán de este tipo.

Los resultados que entregó al PVMBG el 29 de diciembre de 2017 pesaron mucho en la decisión de reducir el perímetro de evacuación. En efecto, indican que la crisis sísmica del Agung fue precedida por una inflación (abultamiento) del volcán debido a una inyección de magma a una profundidad de alrededor de 12 km bajo el nivel del mar, con un volumen que se aproxima a los 35 millones de m3. A partir de finales de noviembre, cuando empezó la erupción magmática propiamente dicha, los modelos indican una deflación de una cantidad equivalente a la del periodo de inflación, valor que también corresponde, considerando posibles imprecisiones, al volumen de lava presente en el cráter y a los materiales expulsados durante las diversas explosiones. Esto apunta a que, desde el punto de vista de las deformaciones del edificio, este primer episodio de inyección/erupción de magma ha terminado o está por terminarse y que cualquier nueva inyección de magma podrá detectarse gracias a la red de vigilancia actual y a la herramienta de modelización en tiempo real WebObs.

Sin embargo, la vigilancia debe mantenerse, ya que el cráter en la cima del Agung está lleno hasta la mitad con aproximadamente 30 millones de m3 de lava a altas temperaturas, una lava juvenil que está en proceso de desgasificación (expulsión de gases volcánicos bajo presión), obstaculizada parcialmente por un tapón natural de lava solidificada. Los episodios explosivos intermitentes, con eyección de cenizas pero de volumen relativamente menor, continuarán durante meses, incluso sin una nueva inyección de magma.

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