La Academia de Ciencias acaba de publicar una edición temática especial sobre la vulnerabilidad de las zonas litorales intertropicales. Bajo la coordinación de Isabelle Manighetti, investigadora del IRD y directora adjunta del laboratorio de investigación Géoazur, esta publicación cuenta con la participación de una multitud de investigadores y socios del IRD.
En 13 artículos, la edición abarca los principales mecanismos naturales y antrópicos que contribuyen a la evolución de las zonas litorales intertropicales; los equilibrios posibles y/o deseables entre la explotación socioeconómica de las zonas litorales intertropicales y el desarrollo sostenible; y las herramientas que la ciencia pone a disposición de las sociedades para medir los cambios en las zonas litorales y evitar o remediar su degradación.
Más del 40 % de la población mundial vive en áreas litorales a menos de 100 km de una costa, y la densidad demográfica de estas zonas continúa aumentando. Cerca de tres cuartas partes de las metrópolis más grandes del mundo se encuentran en áreas costeras y se espera que este número aumente en los próximos años. El crecimiento de las poblaciones en las zonas que bordean los océanos se explica por la riqueza específica de estos entornos. Sin embargo, a medida que aumentan la densidad demográfica y las actividades económicas, las zonas litorales se transforman y degradan, especialmente en las regiones intertropicales en donde las presiones antrópicas se suman a peligros naturales particularmente activos: ciclones y tormentas, inmersión marina, erosión por las olas, terremotos y tsunamis.
Por lo tanto, las áreas costeras son a la vez desarrolladas y frágiles, ricas y amenazadas, protegidas y vulnerables. Se encuentran particularmente expuestas en las zonas intertropicales, dado que allí se encuentran las poblaciones urbanas más grandes, los riesgos naturales y antrópicos más elevados y las herramientas correctivas más débiles.
Principales observaciones y recomendaciones
A lo largo de los 13 artículos que componen esta edición especial, los investigadores hacen varias observaciones:
- Varios de los estudios presentados muestran que, ya sean de origen natural o antrópico, los cambios físicos de las zonas litorales solamente se pueden entender a través de un prisma científico riguroso que aborde la física de los procesos en sus distintas escalas.
- La explotación de las áreas costeras, inicialmente destinada a alimentar el desarrollo y el bienestar de las poblaciones (litorales o no) ha conducido paradójicamente a la degradación de algunas propiedades de estas zonas.
- Asimismo, ciertos aspectos de los usos de las zonas litorales y de las políticas actuales de protección de las mismas aumentan la precariedad y la vulnerabilidad de una parte de las poblaciones litorales.
- La ciencia proporciona herramientas para medir con precisión los cambios de las zonas litorales a diferentes escalas temporales y espaciales. Estas mediciones son fundamentales para realizar el seguimiento de los cambios en curso y prepararnos a adaptar nuestros comportamientos para subsanarlos.
Los autores también formulan recomendaciones en los ámbitos social, político y científico, considerando que, en la actualidad, las presiones antrópicas en las zonas litorales intertropicales parecen ser la causa principal de las degradaciones de estas áreas, aunque a menudo interactúen con las presiones naturales:
- Los modos de gobernanza actuales de las zonas litorales se basan en una combinación de orientaciones internacionales generales y normativas locales. Sin embargo, pocos son los casos en que los actores internacionales y locales actúan juntos: por lo tanto, parece necesario crear nuevos modos de gobernanza, a una escala intermedia, que tengan en cuenta tanto las particularidades locales como los imperativos internacionales. Estos nuevos modos de gobernanza deberían basarse en estructuras permanentes de interacción en las que también participen científicos.
- Más allá de los aspectos antrópicos, es fundamental continuar los estudios científicos sobre los procesos naturales, en particular sobre la interfaz mar/tierra que representan las zonas litorales.
- El estudio de las zonas costeras, sistemas compuestos y complejos, es interdisciplinario por definición y combina la física a escala micro y macro con la química, la geología, la geofísica, la hidrología, la biología, la ecología, la epidemiología, las ciencias sociales y políticas (...). Solamente los enfoques interdisciplinarios, junto con la adquisición de datos de observación precisos, espaciales y a largo plazo, permitirán comprender mejor los cambios de estas áreas. Asimismo, permitirán planificar la implementación de herramientas y comportamientos adaptados al desarrollo sostenible. Esto proporcionará un marco de explotación razonable que beneficie a todos: personas, entornos y ecosistemas.