Una nueva estrategia de tratamiento contra la oncocercosis

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Un estudio internacional, coordinado por el IRD y el Centro de Investigación sobre las Filariasis y otras Enfermedades Tropicales (CRFilMT, Camerún) demuestra la eficacia de una nueva estrategia a gran escala para el tratamiento de la oncocercosis en África Central. Se denomina «Prueba y tratamiento» y se basa en un diagnóstico rápido realizado gracias a un dispositivo, el «LoaScope», conectado a un teléfono móvil. Estos resultados, que representan una nueva esperanza para la erradicación de esta enfermedad tropical desatendida, acaban de ser publicados en The New England Journal of Medicine, el 8 de noviembre de 2017.

La oncocercosis o «ceguera de los ríos» es una infección parasitaria provocada por un gusano nematodo (Onchocerca volvulus) que se transmite a los humanos por la picadura de moscas negras, conocidas como simúlidos, cuyas larvas se desarrollan en ríos rápidos. Los gusanos adultos producen larvas (microfilarias) responsables de lesiones cutáneas y oculares severas que pueden conducir a una ceguera permanente. Hasta los años setenta, la oncocercosis constituía un problema de salud pública y un importante flagelo socioeconómico en las regiones intertropicales de África.

A partir de 1974, la Organización Mundial de la Salud (OMS) puso en marcha programas de lucha contra la enfermedad, basados en una primera fase en la eliminación de las moscas negras y, en una segunda fase, en la distribución masiva de un medicamento, la ivermectina, a partir de los años noventa. En 2015, se trataron más de 110 millones de personas; en la actualidad, la oncocercosis ya no se considera como un problema de salud pública. Estos avances han llevado a la OMS a redefinir sus objetivos, orientándose hacia la erradicación de la infección. Para lograrlo, es necesario tratar la oncocercosis en lugares en donde es relativamente poco frecuente (las llamadas «áreas hipoendémicas»).

Uno de los principales problemas con los que se enfrentan los programas de lucha contra la enfermedad es la aparición posible de efectos secundarios graves (incluyendo la muerte) tras el consumo de ivermectina en personas infectadas con loiasis, otra filariasis endémica en África Central. Estos accidentes frustran las esperanzas de eliminación de la oncocercosis.

El LoaScope, una herramienta de diagnóstico rápido mediante un teléfono móvil

En este estudio, investigadores del IRD y del CRFilMT demostraron la viabilidad y la eficacia de una nueva estrategia de lucha contra la oncocercosis. Se denomina «Prueba y tratamiento» y se basa en la realización de una prueba previa a la administración de ivermectina. Los investigadores desarrollaron el LoaScope, una herramienta rápida y económica que permite identificar sobre el terreno a las personas con una densidad de parásitos Loa loa en la sangre superior a 20 000 microfilarias por mililitro y que, por lo tanto, corren el riesgo de presentar efectos secundarios graves en caso de tratamiento con ivermectina.

Verdadero «microscopio de bolsillo», el LoaScope se compone de un smartphone acoplado a un dispositivo óptico y a una fuente luminosa, que permiten analizar un volumen muy bajo de sangre extraído de la yema del dedo del paciente. «La cámara del smartphone sirve de lente: en algunos segundos, un algoritmo de reconocimiento de imágenes es capaz de detectar y contar las formas embrionarias del gusano parásito Loa loa presentes en la sangre», explica Sébastien Pion, epidemiólogo del IRD y autor del estudio.

Si el LoaScope no identifica una infección por Loa loa si la densidad de parásitos es inferior a 20 000 por mililitro de sangre —más del 95 % de los casos— el paciente puede recibir un tratamiento con ivermectina. De lo contrario, si la persona examinada presenta un nivel de infección por Loa loa más elevado, se le puede ofrecer un tratamiento individual alternativo (la administración de este tipo de tratamiento, cuya duración es de cuatro semanas, no puede considerarse para toda la población).

Entre agosto y octubre de 2015, los investigadores evaluaron la estrategia «Prueba y tratamiento» utilizando el LoaScope en 92 localidades del distrito de Okola en Camerún, en donde se había abandonado el tratamiento con ivermectina en 1999 tras la aparición de efectos secundarios graves en algunos pacientes. De las más de 16 250 personas que se sometieron a la prueba, el 95,5 % pudieron recibir el tratamiento con ivermectina y el 2,1 % fueron excluidas de este tratamiento, debido a una densidad de microfilarias de Loa loa por encima del umbral de riesgo. Los resultados de las pruebas mediante LoaScope fueron corroborados por análisis microscópicos de las muestras de sangre. Asimismo, los investigadores implementaron un protocolo de seguimiento de los efectos secundarios postratamiento, que no reveló ninguna reacción adversa grave en los pacientes que recibieron ivermectina.

¿Hacia la erradicación de la oncocercosis?

Los investigadores lograron demostrar la eficacia de la estrategia «Prueba y tratamiento», lo que permite considerar la distribución de ivermectina de forma segura y a gran escala con miras a eliminar la oncocercosis en aquellas áreas en donde la loiasis también es endémica. Rápida y económica, la prueba mediante LoaScope también facilita la comunicación entre los pacientes y el personal sanitario así como la aceptación de los tratamientos, permitiendo que la persona examinada pueda ver las microfilarias detectadas en su sangre gracias al teléfono móvil.

Una nueva campaña de «Prueba y tratamiento» acaba de ser lanzada por el Ministerio de Salud Pública de Camerún, en el distrito de Soa (región central) con el apoyo del IRD, el CRFilMT, los equipos norteamericanos de los National Institutes of Health (NIH), la Universidad del Estado de Michigan y la Universidad de Berkeley.

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