MEMORY: éxito de la expedición al glaciar Illimani en Bolivia

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La segunda expedición del proyecto ICE MEMORY, que se llevó a cabo en el glaciar Illimani (Bolivia) del 22 de mayo al 18 de junio de 2017, ¡acaba de culminar con éxito! El equipo internacional ha logrado extraer dos testigos de hielo, penetrando hasta el lecho de roca a más de 6300 metros de altura, haciendo frente a condiciones climáticas extremas. Uno de estos testigos será analizado, mientras que el otro se conservará en la primera biblioteca mundial de testigos de hielo provenientes de glaciares amenazados por el calentamiento global, en la Antártida.

Extrayendo muestras en un entorno extremo

El equipo internacional (Francia, Bolivia, Rusia, Brasil) de 15 investigadores, acompañados de cerca de treinta guías y portadores bolivianos, emprendió la expedición el 22 de mayo en La Paz y debió enfrentarse a condiciones climáticas extremas desde su llegada al campo base, a 4500 metros de altura. En efecto, fuertes nevadas y vientos violentos retrasaron de más de una semana el transporte de los equipos (extractor de testigos, 75 contenedores isotérmicos, material de camping, etc.) hasta la cumbre.

Aprovechando un breve periodo de calma, el equipo subió a la cumbre para empezar a perforar el glaciar. En un espacio de diez días, se extrajeron dos testigos de hielo, penetrando hasta el lecho de roca: el primero de 137 metros y el segundo de 134 metros. La perforación para un tercer testigo, que se había previsto inicialmente, no se pudo realizar por falta de tiempo y para garantizar la seguridad del equipo.

«Esta segunda expedición es un enorme éxito colectivo», destaca Patrick Ginot (IRD), coordinador de las expediciones ICE MEMORY. «Gracias a los análisis de estos testigos, que se llevarán a cabo en su mayor parte en el Instituto de Geociencias Ambientales (IGE) de Grenoble, podremos reconstituir hasta 18 000 años de registros climáticos y ambientales».

Una dinámica internacional

Estos testigos, junto con aquellos extraídos en 2016 durante la expedición al macizo del Mont Blanc, alimentarán la primera biblioteca mundial de testigos de hielo que se creará en la base Concordia en la Antártida para los investigadores de los siglos venideros.

««ICE MEMORY es una increíble aventura de colaboración y confianza entre naciones, científicos y mecenas privados, que asumen su responsabilidad ante el cambio climático»», celebra Anne-Catherine Ohlmann, directora general de la Fundación UGA, a cargo de coordinar el mecenazgo del proyecto. «Esperamos que ICE MEMORY contribuya a crear conciencia sobre los desafíos climáticos de nuestro siglo y aliente a los responsables políticos y ciudadanos de todo el mundo a comprometerse firmemente con la preservación de nuestro medioambiente y las transformaciones sociales necesarias para conseguirlo».

«Esperamos que estas dos operaciones de extracción llevadas a cabo por nuestros equipos tengan un efecto multiplicador en esta etapa inicial del proyecto ICE MEMORY», comenta Jérôme Chappellaz (CNRS), coordinador científico del proyecto. «La expedición boliviana, con su fuerte aspecto internacional, ayudará a nuestros socios a establecer sus propias contribuciones a esta biblioteca mundial de testigos de hielo. Ahora, debemos avanzar en el tema de la gobernanza a largo plazo de este patrimonio único, colaborando con la UNESCO y los operadores logísticos en la Antártida».

Composición del equipo

Patrick Ginot (responsable de la expedición, IRD, Francia), Romain Biron (IRD, Francia), Pierre Vincent (IRD, Francia), Thomas Condom (IRD, Francia), Bruno Jourdain (UGA, Francia), Christian Vincent (CNRS, Francia), Nicolas Caillon (CNRS, Francia), Luc Piard (CNRS, Francia), Xavier Faïn (CNRS, Francia), Joël Savarino (CNRS, Francia), Vladimir Mikhalenko (Instituto de Geografía, Rusia), Stanislav Kutuzov (Instituto de Geografía, Rusia), Filipe Gaudie Ley Lindau (Universidad Federal de Rio Grande Do Sul, Brasil), Alvaro Soruco (Universidad Mayor San Andrés de La Paz, Bolivia), Sarah Del Ben (cineasta de Wildtouch).

ICE MEMORY: un programa científico internacional para preservar la memoria del clima

Los glaciólogos vienen observando desde hace décadas el impacto del aumento de las temperaturas sobre el derretimiento de los glaciares, que contienen la memoria de los climas y entornos del pasado y permiten anticipar los cambios ambientales a futuro. Ante esta situación alarmante, los glaciólogos franceses del Instituto de Geociencias Ambientales (IGE Grenoble) y sus socios italianos lanzaron el proyecto ICE MEMORY en 2015, con el auspicio de la Fundación Universidad Grenoble Alpes y con el patrocinio de las comisiones nacionales francesa e italiana de la UNESCO.

Su principal objetivo: armar la primera biblioteca mundial de archivos de hielo provenientes de glaciares amenazados por el calentamiento global. Propiedad de la humanidad, estos testigos serán gestionados sosteniblemente para asegurar su uso adecuado y a título excepcional, con el fin de que, más adelante, los científicos de generaciones futuras puedan llevar a cabo análisis totalmente nuevos gracias a la evolución de la tecnología y las ideas científicas.

La conferencia inaugural del proyecto ICE MEMORY, que se celebró en París en marzo de 2017 con el patrocinio de la UNESCO, marcó la apertura internacional del programa, con la participación de quince científicos norteamericanos, rusos, chinos, brasileros, suecos, japoneses, alemanes, suizos, italianos y franceses, especialistas en el estudio de testigos de hielo. El consorcio busca federar a la comunidad internacional de glaciólogos para extraer al menos veinte muestras de distintos glaciares del planeta en la próxima década.

Impulsado por la Fundación Universidad Grenoble Alpes, ICE MEMORY ya reúne a varios socios institucionales: el CNRS, el IRD, la Universidad Grenoble Alpes, el Consejo Nacional de Investigación de Italia y la Universidad de Venecia, así como el IPEV y el Programa Italiano de Investigación en la Antártida (PNRA) en lo referente a la base Concordia en la Antártida. Está financiado por partes iguales por los miembros fundadores (que aportan recursos humanos y equipamiento) y por mecenazgo privado a través de la Fundación UGA.

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