Tras el terremoto de Pedernales, la cooperación científica franco-ecuatoriana se moviliza

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Un poderoso terremoto de magnitud 7,8 se produjo el 16 de abril de 2016 a las 19:00 hora local en la costa del Ecuador. Los últimos resultados afirman que hubo más de 272 muertos y 2500 heridos, así como daños severos en Guayaquil, la mayor ciudad económica del país, y hasta en la capital, Quito. La crisis duró más de un minuto, ocasionando un desplazamiento de varios metros sobre la falla ajustando el movimiento entre la placa oceánica Nazca y el continente.

El terremoto del 16 de abril de 2016 en el contexto de las investigaciones IG-EPN en sismología, geodesia y tectónica

Este terremoto se produjo cuando los trabajos de sismología del IRD, llevados a cabo en estrecha colaboración con el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN) de Quito y otros colaboradores franceses, habían demostrado claramente, en el marco de una cooperación antigua y fortalecida desde 2012 por las investigaciones de LMI (Laboratorio Mixto Internacional) "Seísmos y Volcanes en los Andes del Norte" (SVAN), que este sector era el más expuesto a fracturarse violentamente , teniendo en cuenta el contexto sismo-tectónico.

En 1906, esta región ya había experimentado un fuerte terremoto de magnitud 8,8, el séptimo más importante desde el comienzo del siglo 20, con la formación de un tsunami que devastó las costas del norte del Ecuador y del Sur de Colombia. El balance ha alcanzado 500 a 1500 muertos, según las estimaciones de la época. Desde entonces, a pesar de una actividad sísmica sostenida en esta región, la ausencia de grandes terremotos había llevado a los científicos del IG-EPN, Géoazur y de ISTerre a reforzar la vigilancia de este sector tan amenazado como vulnerable.

La violenta crisis del 16 de abril de 2016 y las decenas de réplicas posteriores indican que este suceso terrestre se inscribe en un escenario anticipado por los investigadores del IG-EPN y del IRD, y demuestra el interés de continuar una investigación prolongada por medio de instrumentos de cooperación a largo plazo como el LMI SVAN.

El origen del terremoto

Durante los años 90, las investigaciones que realizan conjuntamente el IRD y los investigadores del IG-EPN Quito al principio estaban relacionadas con la vulnerabilidad y los efectos de sitio en sectores urbanos como el de Quito.

Desde entonces, durante los años 2000 y 2010, las investigaciones se han extendido al análisis del ciclo sísmico a escala de todo el segmento de subducción (desde el norte del Perú hasta el sur de Colombia) , especialmente poniendo de manifiesto el papel de los terremotos lentos en la deformación, así como las modalidades de la sismicidad y la deformación a largo plazo y actual que afectan a la franja transzonal, precisamente la que acaba de fracturarse durante el terremoto del 16 de abril.

Además,los estudios de sismología tienen por objeto determinar las fallas potencialmente activas del margen y las cordilleras de Ecuador, que se centran en los segmentos con mayor probabilidad de ruptura a corto plazo . En efecto, los datos geodésicos por GPS indican que el desplazamiento de la placa oceánica Nazca en el continente sudamericano ocurre a la velocidad de aproximadamente 6 cm/año en el Ecuador y se traduce por una sismicidad típica de zona de subducción a nivel de la placa descendente y del margen ecuatoriano, pero también por el desarrollo en las cordilleras de fallas importantes relacionadas con el escape hacia el Norte de un vasto dominio conocido con el nombre de bloque Norandino.

Estas investigaciones son realizadas en tierra, tanto en la región costera como en la parte alta del país, y también en el mar, donde la aportación de las tecnologías de observación sismológica submarina (Ocean Bottom Seismometers o OBS) resulta sumamente útil para vigilar la actividad micro-sísmica de fallas activas alejadas de la costa. Las investigaciones en geofísica marina son realizadas en campañas marítimas en asociación con el INOCAR (Instituto Oceanográfico de la Armada) y la ESPO (Escuela Superior Politécnica del Litoral) con el apoyo de la flota IFREMER.

Por último, existen estudios que tienen por objeto caracterizar y cuantificar el riesgo sísmico , proponiendo medidas de prevención para reducir el riesgo (código de construcción antisísmica, organización de la gestión de crisis), y despertar las conciencias a la noción de riesgo. Las aplicaciones corresponden a las principales zonas urbanas del país, en particular la ciudad de Quito, que se ha visto afectada en varias ocasiones por los terremotos en los últimos años.

Estos trabajos cuentan con el apoyo de la Agencia Nacional de la investigación en el marco del proyecto REMAKE (Seismic Risk in Ecuador : Mitigation, Anticipation and Knowledge of Earthquakes) que comenzó este año.

Movilización post-sísmica

En la prolongación de la colaboración científica valiosa y fructífera de larga data que une a los equipos científicos ecuatorianos y franceses, la representación del IRD en Ecuador va brindar un apoyo logístico y una movilización conjunta de investigadores franceses y ecuatorianos (CNRS/INSU).

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